¿Sufres o Disfrutas?

18.10.2023

"Odie cada minuto de entrenamiento pero dije: Sufre ahora y vive el resto de tu vida como un campeón" Muhammad Alí.


Sinceramente, me gustaría preguntarle a Muhammad como se sentía viviendo como un campeón... ¿Sería feliz?


Siempre he sido un fiel creyente de la filosofía del trabajo duro, del sufrimiento, del sacrificio para alcanzar el éxito. De hecho, mi lema, del cual intenté hacer una marca de ropa, siempre ha sido "Cueste lo que cueste" o en otras palabras, da igual lo que tengas que hacer, lo que tengas que dejar de lado, o lo que odies tu día a día que todo vale la pena con tal de alcanzar aquello que deseas.


Es obvio que este tipo de frases son inspiradoras y que resuenan en todos nosotros, y el porqué es muy sencillo de entender:

Es fácil que si estas en una situación actual de malestar con tu vida y te exponen que con una circunstancia x, "Ser un campeón", "Ser rico", "ser famoso", te sentirás mejor, asumes que da igual lo que tengas que hacer en el camino que todo vale la pena con tal de conseguir esa meta porque cuando la consigas serás feliz.


Desde mi punto de vista esta forma de pensar tiene un grave problema y es que la felicidad la pone en la meta: "Sufre ahora y vive el resto de tu vida como un campeón" Campeón = Felicidad. De primeras ya asumes con esta afirmación que si no eres un campeón no serás feliz.


El problema de todo esto viene cuando por casualidad, consigues esa meta y no te sientes bien, y piensas que el problema es que esa no era la meta que buscabas, entonces buscas otra meta y la consigues, y tampoco te sientes bien. Ni si quiera sabores conseguir esa meta porque ya estas pensando en lo siguiente que intuyes, te hará feliz. 

Conseguir una meta te aporta un bienestar efímero, un éxtasis momentáneo, que dura un tiempo pero que luego se acaba, tienes que volver al camino y en el camino no eres feliz. Sufres para obtener algo y cuando lo obtienes sigues sufriendo porque no era lo que esperabas. 

Esto, en el hipotético caso de que lo consigas, porque en el caso de no hacerlo vivirás con un sentimiento constante de estrés, frustración y sensación de fracaso que, evidentemente, te alejarán mucho de esa tan ansiada felicidad. En los dos casos el resultado es él mismo, sigues sufriendo.


Desde mi punto de vista creo que la frase de el gran Muhammad necesita un ligero matiz. "Disfruta hoy y vive el resto de tu vida feliz, seas un campeón o no"


Este pequeño cambio saca el foco de la meta y la pone en el camino, que es donde verdaderamente vas a pasar la mayor parte de el tiempo. De esta forma los dos escenarios posibles se transforman: 

Si llegas a ser un campeón serás un campeón feliz, y lo que es mejor, si disfrutas ahora y no llegas a ser un campeón da igual, porque estas disfrutando de camino, tu felicidad no depende de la meta.


Disfrutar de el camino no significa que el camino vaya a ser fácil, en el camino va a haber esfuerzo, tendrás que sacrificar cosas y dolerá. Todo lo que merece la pena cuesta y conlleva dolor. Pero tenemos que aprender a disfrutar del dolor, tenemos que aprender a doler. Porque de lo contrario estamos sufriendo.

Sufrir es no aceptar que va a doler, sufrir es odiar ese sentimiento incomodo. Disfrutar del camino es aprender a aceptar ese dolor, aprender a aceptar esa incomodidad, saber que el dolor es necesario que proceso de evolución conlleva ese dolor implícito, ya sea física, mental o profesional. 

Una vez lo aceptamos, y elegimos ese dolor, lo transcendemos, eso es disfrutar el camino.


El camino es lo único que podemos controlar, puedes controlar si eliges disfrutar de un entrenamiento intenso, puedes controlar si eliges disfrutar de la incomodidad que supone arriesgarte en un proyecto, puedes disfrutar de madrugar para cumplir con tus objetivos diarios, disfrutar de comer sano para sentirte mejor. Si odias el camino y solo esperas disfrutar del resultado final, el cual no puedes controlar, prepárate para sufrir.


Elige bien tu camino, elige bien que dolor deseas aceptar, elige bien tus incomodidades. Tú eliges, ¿Sufres o Disfrutas?